En los últimos años, España ha sido uno de los países en los que el uso de las energías renovables para generar electricidad se ha extendido en mayor medida. El principal motivo es la multitud de ventajas que supone tanto a nivel de sostenibilidad como desde un punto de vista económico.
En ese sentido, el autoconsumo eléctrico, que permite a los individuos generar su propia electricidad en casa, está ganando popularidad no solo por su contribución a la sostenibilidad ambiental, sino también por las significativas ventajas económicas y energéticas que ofrece. Pero, ¿conoces todo sobre él?
En este artículo, desde Podo queremos ayudarte a comprender cómo funciona el autoconsumo, los tipos disponibles y las ventajas que puede ofrecer a tu hogar y al planeta. Para que, de esa forma, puedas decidir la mejor forma de instalarlo en tu hogar o negocio.
Resumen:
¿Qué es el autoconsumo eléctrico?
El autoconsumo eléctrico se refiere al uso de instalaciones propias, como paneles solares fotovoltaicos colocados en viviendas o edificios, para generar electricidad. Esta energía generada está principalmente destinada a cubrir el consumo diario de electricidad de la propia instalación, permitiendo a los usuarios ser parcialmente o completamente independientes de la red eléctrica. Este sistema no solo proporciona una fuente de energía más sostenible, sino que también puede ofrecer ahorros significativos en la factura eléctrica.
Partes de una instalación de autoconsumo
Antes de continuar con los tipos o las ventajas del autoconsumo, es necesario conocer las diferentes tecnologías que utilizan instalaciones de autoconsumo eléctrico para generar, almacenar y gestionar su propia energía. A continuación, se detallan los componentes principales de estas instalaciones:
Colectores solares o paneles fotovoltaicos
En función del tipo de instalación, es posible que estas cuenten con colectores solares o con paneles fotovoltaicos. En el primer caso, los colectores solares se utilizan en instalaciones de energía solar térmica, con la función de elevar la temperatura de un fluido mediante la radiación solar (aprovechan la energía calorífica del sol para calentar un líquido, normalmente utilizado para la calefacción o para calentar el agua sanitaria.
En el segundo caso, los paneles solares fotovoltaicos están compuestos por una serie de células solares (o fotovoltaicas) encargadas de convertir la luz que se refleja en ellas en corriente eléctrica (aprovechan los fotones presentes en los rayos solares). Son los que se instalan habitualmente en las viviendas para la generación de electricidad.
Batería
La batería o acumulador solar es un dispositivo capaz de almacenar y acumular la energía eléctrica generada por los paneles fotovoltaicos durante las horas de sol. Su función principal es aportar energía eléctrica alterna en el sistema cuando los paneles solares no generan la electricidad necesaria, por ejemplo, durante la noche o los días de poca intensidad solar (días nublados o con niebla).
Convertidor
La energía producida por las placas solares no es útil por sí misma, ya que la mayoría de viviendas utiliza electricidad de corriente alterna para funcionar, por eso, es imprescindible que cualquier instalación cuente con un convertidor o inversor solar. Este es un dispositivo encargado de transformar la corriente continua en corriente alterna.
La electricidad de corriente alterna puede ser utilizada para alimentar los electrodomésticos y los aparatos electrónicos.
Regulador de carga
Los reguladores de carga son dispositivos que gestionan el flujo de energía que hay entre los paneles fotovoltaicos y las baterías. Su función principal es la de proteger las baterías de sobrecargas y descargas profundas, asegurando, así, que se mantengan en un estado óptimo de funcionamiento durante más tiempo.
Conmutador
El conmutador es un dispositivo que permite cambiar de una fuente de alimentación a otra. Es decir, permite que la energía que se consuma sea energía generada por el sistema de autoconsumo o de la red eléctrica principal, actuando como respaldo en caso de fallos de la fuente primaria. Puede ser automático, y que se active cuando hay fallos en la red, o manual
Tipos de autoconsumo eléctrico
No todo el autoconsumo es igual, de hecho, existen diferentes tipos dependiendo si están conectados a la red eléctrica de transporte y distribución convencional o no. A continuación, te contamos los diferentes tipos de autoconsumo que podemos encontrar:
Autoconsumo aislado
El autoconsumo aislado es un tipo de autoconsumo conectado con una vivienda pero sin estar conectado a la red eléctrica general. Este tipo de instalación suele encontrarse en regiones, normalmente rurales de baja población y alejadas de grandes núcleos urbanos, donde la red eléctrica no llega debido al elevado coste de las infraestructuras o a otro tipo de factores.
En estos casos, para poder garantizar un suministro eléctrico durante las 24 horas, es imprescindible que este tipo de instalaciones dispongan de baterías que acumulen y almacenen la energía generada.
Autoconsumo conectado a la red
El autoconsumo conectado a la red es un tipo de instalación que cuenta con conexión tanto con el interior de la vivienda como con la red eléctrica general. Aunque no sea imprescindible, estas instalaciones pueden disponer de baterías para almacenar energía o no.
En el caso de no disponer de baterías para el almacenamiento, las condiciones meteorológicas afectan a la generación constante de energía por parte del sistema de autoconsumo. Por ello, cuando la generación es nula o muy baja (por ejemplo por la noche o en días nublados) se recurre a la red eléctrica convencional.
Autoconsumo conmutado a la red de electricidad
El autoconsumo conmutado a la red eléctrica es un tipo de autoconsumo que permite la conexión tanto a la red eléctrica pública como a una instalación solar privada. Este tipo de instalación incluye un conmutador capaz de cambiar entre ambas fuentes de energía en apenas 10 milisegundos. Esta rápida conmutación asegura que la instalación solar no funcione en paralelo con la red eléctrica, evitando conflictos y posibles cortocircuitos.
La diferencia principal entre el autoconsumo conectado a la red y el autoconsumo conectado a la red radica en la forma en que se maneja la interacción con la red eléctrica pública y cómo se gestionan los excedentes de energía. En suma, mientras que el autoconsumo conectado facilita una integración directa y continua con la red eléctrica, permitiendo la venta o compensación de excedentes, el autoconsumo conmutado se caracteriza por su capacidad de funcionar de forma independiente, con un conmutador que garantiza la separación entre la instalación solar y la red, haciendo esencial el uso de baterías para la gestión de la energía
Ventajas del autoconsumo eléctrico
Como ya hemos comentado anteriormente, el autoconsumo eléctrico está en auge. Cada vez son más las personas que deciden invertir en este tipo de energía renovable y, entre los principales motivos destacamos:
- La principal motivación para muchos usuarios es la reducción de la factura energética y, por tanto, el ahorro económico. Especialmente para aquellos que tienen consumos energéticos altos.
- Por otro lado, el autoconsumo promueve el uso de energías limpias y renovables, lo que disminuye la huella de carbono de los hogares y contribuye a la lucha contra el cambio climático.
- Asimismo, los usuarios de sistemas de autoconsumo ganan mayor independencia frente a las fluctuaciones del mercado energético y las interrupciones del suministro. Esta autonomía es especialmente valiosa en regiones propensas a cortes de energía o en áreas remotas donde la infraestructura eléctrica puede ser limitada.
- Además, las viviendas equipadas con sistemas de autoconsumo suelen experimentar un aumento en su valor de mercado.
- Por último, en muchos lugares, existen incentivos gubernamentales, como subvenciones, deducciones fiscales o tarifas de retorno garantizadas para la energía que se vierte de vuelta a la red, lo que hace que la inversión inicial en autoconsumo sea más accesible y rentable a largo plazo.
¿Es rentable una instalación de autoconsumo?
Invertir en una instalación de autoconsumo eléctrico requiere una inversión inicial significativa, principalmente debido al coste de los paneles y otros materiales necesarios. Sin embargo, una vez instalada, el coste de la generación de energía eléctrica es prácticamente 0 €, permitiendo que la inversión se amortice entre 7 y 12 años, dependiendo de diversos factores.
Además, gracias a los diversos cambios legislativos que se han ido produciendo en los últimos años, los costes de instalación se han reducido desde 2018 alrededor de un 75%. Si a esto le sumamos que los paneles solares tienen una vida útil de 25 años, podemos decir que el ahorro a largo plazo es realmente significativo.
Es más, algunos estudios recientes, como los realizados por el Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL), han concluído que por cada euro ahorrado gracias al autoconsumo, el valor de la propiedad podría incrementar hasta 20€.
Por otro lado, algunas compañías de luz como Podo, ofrecen tarifas de autoconsumo que te permiten vender los excedentes de energía generada a la red eléctrica general, suponiendo un ahorro adicional y aumentando la rentabilidad de la instalación.
En suma, con toda esta información podemos afirmar que, aunque no es algo inmediato, una instalación de autoconsumo eléctrico sí que es rentable. Por tanto, representa una inversión inteligente y sostenible a largo plazo. En cualquier caso, cada usuario deberá analizar los pros y contras de realizar la inversión para poder llevar a cabo o no la inversión.
¿Qué son las tarifas de autoconsumo eléctrico?
En los casos en los que se cuenta con una instalación de autoconsumo conectada a la red eléctrica o conmutada, existe una modalidad de tarifas de luz que permiten ahorrar todavía más en la factura. Se conocen como tarifas de autoconsumo eléctrico, y están diseñadas para maximizar los beneficios de las instalaciones solares. Estas permiten gestionar de forma eficiente el excedente de energía generado por la instalación fotovoltaica instalada. Para ello, se revierte la energía generada ‘sobrante’ a la red eléctrica a cambio de una compensación económica en la factura de luz.
En Podo, nuestra tarifa de autoconsumo se adapta a las necesidades específicas de cada hogar o negocio gracias a nuestra batería virtual. Por ello, si generas más energía de la que consumes, solo pagarás por el uso de la red y una cuota prepago, sin costes ocultos ni compromisos de permanencia.
Nos comprometemos contigo para que puedas disfrutar de una oferta de tarifas de luz transparente y adaptada a tus necesidades de consumo. Así, no solo te conviertes en dueño de tu energía, sino que también contribuyes activamente al uso de energías limpias y a la sostenibilidad ambiental, mientras disfrutas de un ahorro sustancial desde el primer mes.
22 abril, 2024