Aunque la mayoría de nosotros estamos familiarizados con el término energía activa, la encargada de alimentar nuestros hogares y negocios, existe otro concepto menos conocido pero al que también debemos prestar atención cuando se trata de entender nuestra factura eléctrica: la energía reactiva. Esta última juega un papel crucial en el funcionamiento de numerosos dispositivos, desde electrodomésticos hasta sistemas industriales, y puede tener un impacto significativo en la eficiencia de nuestro consumo energético.
Diferenciar entre energía activa y reactiva no solo es fundamental para entender cómo se consume y se factura la electricidad que consumimos, sino que también puede ayudarnos a evitar penalizaciones innecesarias que incrementan el coste de nuestras facturas.
Desde Podo, queremos ayudarte a comprender ambos conceptos, y, por eso en este artículo vamos a explicarte sus diferencias y cómo afectan a tu consumo diario de energía. Con esta información, podrás tomar decisiones para optimizar tu uso de energía. ¡Comencemos!
Resumen:
¿Qué es la energía activa?
La energía activa es el tipo de energía que consumimos de manera directa en nuestras actividades diarias. Es la energía que se transforma en trabajo útil, como iluminación, calor, o movimiento mecánico generado por nuestros dispositivos. Se mide en kilovatios-hora (kWh) y representa el consumo real que se refleja en nuestras facturas de electricidad.
Esta energía es esencial en nuestra vida cotidiana: cada vez que encendemos una luz, ponemos en marcha la lavadora o calentamos una comida en el microondas, estamos utilizando energía activa.
La cantidad de energía activa que consumimos varía según nuestra eficiencia en el uso de la electricidad. Un uso responsable y consciente puede llevar a un consumo más eficiente, reduciendo así los costes energéticos. Sin embargo, un uso excesivo o ineficiente se traducirá en un consumo más elevado y, por tanto, en facturas más altas.
Ejemplo de energía activa
Imagina que estás en un concierto al aire libre. La energía activa sería la música que escuchas, la parte del concierto que realmente disfrutas y por la que pagaste la entrada. Cada nota musical que llega a tus oídos, cada canción que te hace bailar o cantar, es como la energía activa en tu hogar: es la parte útil y disfrutable. En el hogar sería aquella energía que te permite hacer funcionar tus dispositivos. Es la energía que se transforma en luz y calor en tu hogar.
¿Qué es la energía reactiva?
La energía reactiva es un fenómeno eléctrico que, aunque no realiza un trabajo útil como la energía activa, juega un papel fundamental en el funcionamiento de muchos sistemas eléctricos. A diferencia de la energía activa, que se transforma en luz, calor o movimiento, la energía reactiva está vinculada con la creación y mantenimiento de campos magnéticos necesarios para el funcionamiento de equipos con bobinas o motores, como transformadores, ascensores o electrodomésticos como la lavadora o el frigorífico.
Aunque no se consume en el sentido tradicional (no se convierte en calor ni luz), es esencial para el arranque y el funcionamiento eficiente de este tipo de dispositivos. Se mide en kilovoltio-amperio reactivo por hora (kVArh) y fluye de manera alterna, oscilando entre la fuente y la carga eléctrica, lo que genera variaciones en la intensidad eléctrica.
Un aspecto interesante de la energía reactiva es que, a pesar de ser esencial para ciertos procesos y equipos, ocupa espacio en las líneas de transmisión de electricidad, pudiendo causar ineficiencias en el sistema si no se gestiona adecuadamente.
En resumen, la energía reactiva es una compañera silenciosa de la energía activa, esencial para el funcionamiento de diferentes dispositivos y sistemas, pero su gestión requiere un entendimiento y control cuidadoso para mantener la eficiencia general del sistema eléctrico.
Tipos de energía reactiva
Una vez que sabemos qué es la energía reactiva, es importante destacar que esta se clasifica en dos tipos: inductiva y capacitiva. Aunque ambas forman parte integral de los sistemas eléctricos, su gestión inadecuada puede llevar a penalizaciones en la factura de luz. Veamos cómo se diferencian y cómo pueden influir en tu consumo energético:
- Energía reactiva capacitiva: Esta situación se da cuando la instalación eléctrica tiene un excedente de energía reactiva, algo que puede ocurrir en sistemas sobredimensionados. Es importante destacar que este tipo de energía reactiva no es muy común.
- Energía reactiva inductiva: Se presenta cuando hay un déficit de energía reactiva, causado por la activación de motores, bobinas o dispositivos que requieren energía reactiva para su funcionamiento. La falta de baterías de condensadores que neutralizan la energía reactiva generada es el motivo por el que se genera este tipo de energía reactiva.
Ejemplos de este tipo de energía
Siguiendo con el ejemplo del concierto, si la energía activa es la música que disfrutas, la energía reactiva sería el eco que se produce en el recinto del concierto. No es la música directa que pagaste por escuchar, pero está ahí como resultado de la energía que la música emite.
De manera similar, en tu hogar, la energía reactiva no realiza un trabajo útil como lo hace la energía activa. Es una forma de energía «almacenada» temporalmente en el campo magnético de los electrodomésticos con motores como frigoríficos o aires acondicionados. Aunque es una parte necesaria del sistema eléctrico, un exceso de energía reactiva puede causar ineficiencias y aumentar los costes en tu factura de luz, al igual que un eco demasiado fuerte puede interferir con tu disfrute de la música en el concierto.
¿Cuál es la diferencia entre estos dos tipos de energía eléctrica?
Entender la diferencia entre energía activa y reactiva es crucial para una gestión eficiente del consumo eléctrico. A continuación, hablamos sobre las principales diferencias entre estos dos tipos de corrientes:
- Utilidad: La energía activa es la que utilizamos para alimentar nuestros aparatos eléctricos, proporcionando luz, calor o movimiento. Por otro lado, la energía reactiva, aunque no se traduce directamente en trabajo útil, es fundamental para el funcionamiento adecuado de dispositivos que requieren campos magnéticos, como frigoríficos o lavadoras.
- Medición y transporte: La energía activa se mide en vatios y se puede transportar tanto en corriente continua (CC) como en corriente alterna (CA). La energía reactiva, medida en voltio-amperio reactivo, se transporta exclusivamente en corriente alterna (CA) y representa la energía que oscila en el sistema sin realizar trabajo efectivo.
- Penalizaciones: Tanto la energía activa como la reactiva pueden estar sujetas a penalizaciones si se excede el límite establecido en el contrato. Sin embargo, en el caso de la energía reactiva, se aplican ciertas excepciones, como la ausencia de penalizaciones en los periodos de tarifa más baja y en contratos con potencias contratadas inferiores a ciertos umbrales.
Preguntas Frecuentes
¿Qué es la energía aparente?
La energía aparente representa el total de energía que utiliza un circuito eléctrico, es decir, la suma de la energía activa y la energía reactiva. Esta energía se mide en Kilovoltio-amperio (KVA) y refleja el consumo global de potencia eléctrica en una instalación. Cuando hablamos de potencia reactiva y activa, debemos tener en cuenta que ambas se combinan para calcular el uso total de potencia eléctrica en lo que conocemos como energía aparente.
¿Qué es el factor de potencia?
El factor de potencia mide la relación entre la energía activa consumida y la energía aparente de un sistema eléctrico. Se trata de un indicador de eficiencia: cuanto mayor es la producción de energía reactiva con respecto a la energía activa, menor será el factor de potencia. Un factor de potencia más bajo puede implicar penalizaciones económicas, ya que indica una mejor eficiencia en el uso de la energía eléctrica.
En suma, la energía activa y reactiva son dos conceptos fundamentales en el ámbito de la electricidad, cada uno con su rol específico en el funcionamiento de nuestros dispositivos y sistemas eléctricos. Entender la diferencia entre ambos tipos no solo nos permite tener una visión más clara de nuestro consumo eléctrico sino que también nos ayuda a gestionar de manera más eficiente nuestra energía y, en consecuencia, nuestras facturas de luz.
En Podo, estamos comprometidos con ofrecerte no solo la energía que necesitas, sino también la información y herramientas para que puedas tomar decisiones más informadas y sostenibles. Porque un consumo energético consciente y eficiente es el primer paso hacia un futuro más verde. Descubre cómo podemos ayudarte a optimizar tu consumo energético.
25 enero, 2024
.Muy interesante
Hola Carlos Humberto Ramos Cerquera,
Muchas gracias muchas gracias por compartir tu opinión.
Un saludo,
Equipo Podo.